"Nos empeñamos en buscar explicación a esa vocación de
subir cumbres"
Ayer, miércoles 30 de julio, casi de madrugada, nos sacudía
la dolorosa noticia de que nuestro querido amigo Miguel había fallecido en su
expedición a la cima de una de las montañas más altas del planeta, el K2. A la
incredulidad inicial ante la noticia inesperada siguen las fases de desasosiego
y consternación hasta que la realidad se adueña de todo y las preguntas
empiezan a taladrar tu mente en busca de respuestas que intenten dar lógica a
algo que se nos escapa, donde la cuestión de fondo es ¿porqué?... siempre
porqué. Nos empeñamos en buscar explicación a esa vocación de subir cumbres,
cuando realmente la respuesta solo se encuentra en el interior de cada uno.
"Nada temo más que la posibilidad de que mi pasión se
pudiera convertir en una obligación" (Miguel Ángel Pérez)
El caso de Miguel Ángel era muy especial. No resulta
habitual encontrarte con un alto ejecutivo de una multinacional acudiendo año
tras año a las cumbres de más de ocho mil metros del planeta. La horas de
dedicación, el esfuerzo personal y profesional o el nivel de responsabilidad
que exige estar rindiendo en tu empresa al máximo nivel, pueden parecer
incompatibles con las exigencias físicas, técnicas, o simplemente con la
preparación y entrenamiento que requiere acometer una expedición a alguna de
las cumbres más altas del planeta. Sin embargo, quien conocía a Miguel sabia
que estando tremendamente orgulloso de su actividad profesional, para él representaba
simplemente un medio para ganarse la vida y poder hacer lo que más le gustaba
del mundo, que era escalar montañas, y cuanto más altas, mucho mejor, aún
consciente de los riesgos que ello entrañaba.
Muchos compañeros de ascensión se han ido quedando para
siempre en las montañas del Himalaya; el ochomilismo es peligroso,
comprometido, exige dedicación y un esfuerzo económico escribía Miguel en
el libro de Historias en la cima del Mundo que publicó hace tan solo unos
meses. Pese a todo, añadía Miguel, hay algo que a unos cuantos
nos sigue empujando a continuar. Para mí no tiene que ver con records o
colecciones. Completado mi octavo ochomil, sigo sin querer pensar en los seis
pendientes hasta los catorce. No quiero centrarme en listas, sino en la ilusión
de la expedición de cada año. Nada temo más que la posibilidad de que mi pasión
se pudiera convertir en una obligación".
"Lo que siento hacia las montañas es sobre todo
agradecimiento" (Miguel Ángel Pérez)
Cuando la muerte sobrecoge nuestros corazones ante la
pérdida de un ser querido los intentos en buscar una explicación convincente y
racional a las preguntas que nos acosan se pueden convertir en obsesivos,
búsqueda que será en vano cuando la explicación escapa a la razón. Cada cual es
dueño de sus pasos y en el mejor de los casos, puede decidir hacia donde los
dirige. Son muy pocos los que pueden lograr que sea su pasión la que
sirva de rumbo a los mismos. Nuestro amigo Miguel era uno de ellos y desde que
tomó la determinación de seguir ese camino fue invariablemente conduciendo su
cuerpo hacia las cumbres que su mente iba soñando en todos los confines del
planeta. Precisamente por eso él mismo se consideraba un privilegiado: Lo
que siento hacia las montañas es sobre todo agradecimiento, le gustaba decir y
así lo dejó escrito en su reciente libro.
Se nos ha ido un amigo con el que muchos de esta tierra
habíamos compartido momentos muy intensos, tanto en su etapa profesional en la
Junta de Castilla y León como, sobre todo, en las infinitas rutas por las
montañas de todo el mundo en los años siguientes a su paso por Valladolid. Ante
un vacío tan intenso, no cabe más consuelo que mirar al pasado y recordar lo
que disfrutamos juntos de aquellos momentos vividos en esas cumbres que tanta
felicidad le aportaban, con la extraña, y al tiempo reconfortante convicción de
que ahora su lugar está en una de las montañas más bellas del planeta, desde la
que sonreirá con la satisfacción de contemplar el mundo desde lo más
alto.
(Texto publicado en El Mundo en su edición de Castilla y
León)
5 comentarios:
Unas palabras que emocionan y mucho mas después de escuchar tu xarla en Teruel Punto Photo, las fotos, la guinda perfecta para este emotivo tributo.
Enhorabuena Javi!!
Magnifico y emotivo recuerdo Javier! Seguiremos disfrutando de eso que nos hace tan felices... Un abrazo!
Gracias Pere e Ignacio .. un abrazo para los 2.
Buf, no sé que decir...
Las fotos son increíbles y hacen más entendible esa pasión por las grandes montañas.
Y pocas palabras hay para reconfortar una pérdida así... Esas palabras están dentro de uno mismo...
Un abrazo!
Gracias Marta ... un abrazo.
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