Mi nombre es Javier Camacho Gimeno
y nací en Zaragoza hace 39 años, mi
tiempo libre está dedicado esencialmente a 3 pasiones que están relacionadas
entre sí, el alpinismo actividad que llevo practicando desde los 8 años, viajar
y la fotografía.
Además de las montañas a las que
hago referencia en este pequeño artículo, he ascendido todas las montañas de
3000 metros del Pirineo, muchas de estas ascensiones en invierno por vías de
hielo o mixto, también he ascendido numerosas cimas de 4000 metros en los Alpes
y he realizado 3 expediciones a montañas de 8000 metros, consiguiendo ascender
el Cho Oyu.
Por otra parte, he ganado
numerosos premios en varios concursos de fotografía de naturaleza y montaña y
he proyectado bastantes audiovisuales de mis exposiciones en diferentes lugares.
EVEREST Y NUPTSE BAJO LA LUNA LLENA
A día de hoy, la fotografía juega
un papel esencial en todas mis expediciones, ya que como nunca he recibido
ningún apoyo económico para sufragar los gastos de las mismas, es el único recurso
con el que hago un poquito más llevadero el siempre difícil asunto de la "pasta"
a la familia.
En este artículo intentaré contaros
un poquito sobre la fotografía relacionada con la alta montaña, las condiciones
en las que nos desenvolvemos para intentar hacer mejores o peores fotos, el
ambiente de trabajo, un escenario con un marco incomparable de bellos e
imponentes paisajes, lejanos, inaccesibles, lugares en los que el sur humano es
insignificante, frágil y se enfrenta a unas condiciones extremas.
Los problemas principales, a los
que nos vamos a enfrentar en la fotografía de alta montaña, partiendo de la
base de que yo no me dedico de manera profesional ni a lo uno ni a lo otro, (con las importantes limitaciones,
sobre todo logísticas que esto conlleva), y que van a determinar en buena
medida el resultado final del trabajo,
son los siguientes:
+ Por una lado, las condiciones del
entorno, el frio, el viento, la altura, la humedad, escenas con zonas de nieve,
muy luminosas, de altas luces, en contraposición con profundos valles rocosos y
de zonas oscuras.
+ Por otra parte, las condiciones
personales del alpinista/fotográfo, la falta de oxígeno, el cansancio, la
aclimatación, la preparación tanto física como psicológica, y sobre todo el
peso de todo lo que llevamos en la mochila, en gran medida establecen unas
pautas de trabajo en cuanto al material a utilizar y al ánimo o posibilidades
de hacer fotografías.
CHO OYU, 8201 METROS ILUMINADO POR LA LUZ DE LA LUNA LLENA
De esta manera, el material
fotográfico con el que suelo trabajar, presenta unas características bastante determinadas.
La cámara:
Normalmente suelo llevar dos
cámaras fotográficas, una réflex de gama alta, de cuerpo robusto, de aleación
capaz de soportar golpes y de ir en la mochila entre otro material,
preferiblemente con buen sellado contra el agua y el polvo, ya que a buen
seguro por mucha suerte que tengas, algún día te va a llover o a nevar, y por
otra parte va a hacer viento y en las partes bajas de la montaña en el camino,
siempre hay mucho polvo.
Yo, en mi caso, desde hace unos
pocos años, llevo una Canon 5D MK II con sensor de formato completo, 36X24 mm,
principalmente por su buen comportamiento a Isos altos y la resolución, 21,1
Megas, lo que me permite hacer fácilmente algún reencuadre o recorte, sin
perder prácticamente calidad. No entro a valorar las excelentes prestaciones de
la cámara en cuanto a la grabación de video.
Por supuesto que en la medida de
las posibilidades, es de vital importancia que la cámara tenga un peso “ contenido “ , al final todo
pesa mucho, y en ocasiones he sacrificado cosas demasiado importantes por poder
llevar el material fotográfico, y eso a ciertas alturas, te puede costar muy
caro, el cuerpo humano no se recupera de
los esfuerzos, solo se desgasta y toda actividad por pequeña que esta sea, se
va a pagar con creces posteriormente.
Digo de gama media/alta, porque
son mucho más fiables, capaces de funcionar, posiblemente por la mayor calidad de los componentes, con los que están hechas, a temperaturas mucho más bajas, hasta -40 ºC,
como en el caso del Mckinley, la montaña
más alta de América del Norte, situada en Alaska y a la cual subí en solitario
en el año 2005.
Probé hace unos años en el
Himalaya Indio, en una expedición al Shivling, en la zona de las fuentes del
rio Ganjes, una cámara reflex de nivel medio/bajo y a -10ºC no funcionó ni aún protegiendo la
máquina y las pilas del frio, imaginaros el cabreo.
Esta cámara réflex suelo llevarla
hasta cierta altura, dependiendo de la montaña y el establecimiento de los
campamentos de altura, normalmente hasta los campos base y en otras ocasiones
hasta campos avanzados, como en el caso del Cho Oyu, ( que con 8201 metros es
la sexta montaña más alta de la tierra )
donde consiguí hacer cumbre el año 2009, sin el uso de oxígeno
suplementario ni el apoyo de sherpas.
Allí subí mi reflex hasta el
campo I, situado a 6400 metros. En el caso del Aconcagua, la montaña más alta
de América del Sur, subí la reflex hasta la cumbre, un auténtico calvario, ( juré no volver a
subirla tan alto nunca más ).
YAKERO DE CAMINO AL C.B DEL CHO OYU
La segunda cámara es, una
compacta, de cuerpo metálico que ocupe y que pese poco, y preferiblemente con
más gran angular que teleobjetivo, ya que en montaña, por las dimensiones del
entorno, muchas veces no te entra en la composición aquello que quieres
enseñar. Esta la utilizo a partir de cierta altura, ya que llevar la réflex con
los objetivos se convierte en misión imposible, sobre todo por el peso y el
espacio.
Además es mucho más fácil sacarla
y guardarla en un bolsillo de la prenda de plumas lo más cerca del cuerpo,
donde queda mucho más accesible y protegida, de manera que todo sea más fácil y
no te de tanta pereza sacarla.
También suelo utilizar esta
cámara compacta, para actividades más técnicas, como cascadas de hielo,
corredores o escalada clásica en grandes paredes.
LOS MERUS, HIMALAYA DEL GHARWAL
Los objetivos:
Obviamente, por cuestiones de
peso y espacio, sería preferible llevar un solo objetivo, como por ejemplo un 18-200
con estabilizador, pero en mi caso ( que soy un poco inconsciente ) por
cuestiones de calidad y fiabilidad, suelo llevar cuatro objetivos, todos ellos
de gama alta o profesionales, un Canon 17-40L, un Canon 24-105L y un Canon 100-400L,
estabilizados y un Samyang 14 de
luminosidad 2.8 para las tomas nocturnas.
Aún no he visto a nadie, ni tan
siquiera en los Pirineos, que quisiera cargar en su mochila, un objetivo como
el 100-400, por 2 razones fundamentales,
la primera por sus 1360 gr de peso y la
segunda por lo que ocupa. Salvo profesionales con grandes presupuestos, el
material fotográfico lo has de cargar tú, ya que no puedes confiar en los Yaks,
mulas u otras bestias de carga, que suelen acercar el material hasta los campos
base, o pagar a porteadores de altura ya que se encarece notablemente el
presupuesto.
No sería la primera vez que veo a
un yak, o un mulo, tirar violentamente la carga y salir corriendo,( me imagino
por un momento todo el equipo fotográfico rodando pendiente abajo y me entran
sudores de solo pensarlo ), ni tampoco la primera ocasión que veo a algún
fotógrafo que llevaba a una persona exclusivamente para que le llevara el
material fotográfico.
Por otra parte es bastante
interesante, conocer el comportamiento de nuestros objetivos dependiendo de las
focales y los diafragmas, con la intención de tratar de aprovecharlos al
máximo, sobre todo, en cuanto a su rendimiento y calidad óptica, normalmente su
mejor comportamiento es a diafragmas intermedios.
YAKS EN EL C.B DEL CHO OYU
Los filtros:
Además de los típicos
ultravioleta que aquí son imprescindibles, es muy importante llevar un
polarizador para potenciar los reflejos en el agua, y reforzar los colores y el
contraste, sobre todo entre el azul del cielo y las nubes, a riesgo de sacar en
ocasiones azules muy oscuros, ya que a veces, por la luz existente, los cielos y las zonas
altas de las montañas, están muy brumosos y lavadas.
Con el uso del polarizador hay
que tener mucho cuidado, ya que según como incida la luz en la imagen, se
produce el oscurecimiento del cielo de forma muy desigual, arruinando la
imagen.
También son imprescindibles, como
ya comenté por la gran diferencia de luminosidad entre las zonas altas de la
montaña, normalmente con nieve, y las zonas bajas que suelen estar en sombra y
sin nieve, los filtros degradados suaves por lo menos de 3 pasos, obligatorios también
para los amaneceres y los atardeceres y mas en mi caso que ando algo peleado con
la informática y el Photoshop.
Tampoco vienen mal, si no te
quieres pasar mucho rato corrigiendo dominantes azuladas y cianes, los filtros
cálidos. Las sombras y la nieve suelen
coger ese tipo de dominantes, a veces algo liosas de corregir.
EL K2 ILUMINADO POR LA LUNA LLENA DESDE EL C.B DEL BROAD PEAK
Las pilas:
Para este tipo de actividad,
llevar muchas pilas y un cargador es imprescindible, ya que con el frio se
gastan mucho más rápido de lo normal y en ocasiones es muy difícil cargarlas.
Actualmente dependiendo del
lugar, empiezan a existir bastantes posibilidades para cargar las pilas, bien
sea por la existencia de generadores eléctricos de gasoil o por placas solares,
para mi mucho mejor estas últimas. En el caso de mis expediciones en Nepal, las
agencias con las que contratamos los servicios de Campo Base, nos facilitaron una
placa solar capaz de satisfacer las necesidades eléctricas de 10 personas,
incluyendo nuestro ordenador portátil, así como el teléfono satélite.
En el caso de las expediciones a
Paquistan, la cosa cambia y es difícil que la agencia te proporcione una placa
solar de calidad, por lo que la mayoría de la gente suele utilizar generadores.
No he probado otros sistemas como
cargadores solares más pequeños, como el Sunpack que nos mostró Manu Cordoba en
el número 53 de los cuadernos técnicos, pero estos han evolucionado mucho en
los últimos tiempos, en cuanto a su capacidad de carga y a la reducción de
peso, por lo que se convierte en una muy interesante opción, sobre todo si se
va a lugares muy remotos y aislados.
En mi caso suelo llevar 5 pilas para la cámara reflex y 3 para
la compacta, y lo más importante es que estas estén siempre guardadas o bien en
el saco de plumas, o en la ropa más caliente que suelo llevar puesta, para que no se descarguen tan fácilmente y
para que funcionen cuando tengo que utilizarlas. Es un poco engorroso tener que
quitarlas y ponerlas cada vez que haces uso de la cámara, pero si hace mucho
frio es
imprescindible hacerlo así.
CUMBRES CERCANAS AL NANGPA LA, ZONA DEL CHO OYU
Trípode:
Normalmente su uso está limitado
al campo base, que es donde más posibilidades hay de hacer fotos a los
amaneceres y atardeceres.
Suele ser en el único lugar en
que uno está más descansado y tiene más tiempo, así como ganas de poder hacer
este tipo de fotos y a unas temperaturas “soportables” , últimamente me he aficionado a hacer largas
exposiciones nocturnas como en el campo base del Cho Oyu a 5600 metros, con
unas temperaturas cercanas a los -15ºC, o en el Broad peak y el Ama Dablam en
donde he estado alguna noche entera sin dormir haciendo fotos, ah... para este
tipo de fotos, es imprescindible un cable disparador para utilizarlo en el modo
Bulb de la cámara y asi pode controlar el tiempo que ha de permanecer abierto
el obturador.
El trípode que llevo es de
carbono, lógicamente por cuestiones de peso y la rótula, de tipo jostick por
manejabilidad, sobre todo con guantes, cuyo uso es casi imprescindible.
Tarjetas y disco duro:
Suelo llevar 2 tarjetas de
memoria, una de 16G y otra de 4G, un ordenador pequeño, tipo netbook, donde
hago una copia de las fotos y un disco duro externo, para hacer otra copia de
todo y guardar el material, ya que son muchos días aislado sin poder descargar
las fotos y he tenido muy malas experiencias por haber hecho solo una copia.
ARISTA CIMERA DEL MCKINLEY EN ALASKA
Guantes para las manos:
No voy a hacer referencia a otro tipo
de material específicamente para la montaña, salvo de los guantes, por estar
relacionados directamente con la actividad fotográfica, y ser de vital
importancia para los dedos y para poder hacer las fotos.
En mi caso suelo llevar 1 par de
guantes con membrana de goretex y forro interno térmico, y dependiendo del
lugar o de cierta altura, llevo también unos guantes internos térmicos y unas
manoplas para expedición, con membrana y forro interno térmico, estas últimas
de vital importancia.
Esta combinación de guante y
manopla, me permite hacer fotos en lugares extremadamente fríos, de manera que
me quito las manoplas y lo más rápido posible pongo las pilas a la cámara y
hago las fotos sin quitarme los guantes internos, salvaguardando del frio, en
la medida de las posibilidades los dedos de las manos.
Aún así, en mi primera expedición
al Cho Oyu en el año 2007, a 7850 metros, el hecho de hacer varias fotos, me
causó pequeñas congelaciones en varios dedos de las manos, debido al frio y al
viento extremos.
También conocí gente a la que
tuvieron que evacuar del campo IV en el Mckinley, en Alaska, porque sufrieron
graves congelaciones en varios dedos de las manos por hacer fotos en la cima de
la montaña, es una de las cosas que primero te comentan los rangers en la
charla previa a que te den el permiso de ascensión, pues hablamos de
temperaturas de -40 º y vientos en muchos casos superiores a los 100 km/h con
sensaciones térmicas de menos de 85º bajo cero.
CARA SUR DEL LHOTSE AL ATARDECER
Por otra parte, otra de las
circunstancias o problemas principales que condicionan la fotografía en alta
montaña es que el objetivo principal es conseguir la cima, lo que supone que
los planes, los horarios y la mayoría de las cosas están pensadas con esa
finalidad.
Las jornadas son largas y duras y
todo está condicionado al horario establecido para conseguir las distintas
metas que nos van a llevar hasta ese fin último, alcanzar la cumbre.
Normalmente las primeras y
últimas horas del día, las mejores para hacer fotos, son muy frías y se suele
estar con pocas ganas de nada, al atardecer se está cansado después de una
larga jornada y hay que montar la tienda de campaña, hacerse la cena o derretir
agua para el día siguiente, ( labor que en ocasiones lleva mucho tiempo, pero
que es de vital importancia ya que es necesario beber mucha cantidad de
líquidos para estar bien hidratado y poder aclimatarse a la altura ), y por la
mañana hacerse el desayuno, prepararse la mochila y el material y en muchas
ocasiones comenzar a andar bien temprano, con mucho fresquito, pues es conveniente
tener mucho margen de tiempo para realizar la actividad diaria prevista, y
existen menos posibilidades de aludes, los glaciares suelen ser más seguros,
pues los puentes de hielo son más consistentes.
PORTEADOR EN EL BALTORO, AL FONDO EL GRUPO DE LAS TRANGO
En otras ocasiones, se suele
pasar por las zonas más fotogénicas, con luces muy poco propicias por la
dirección de la luz o por la hora (
luces muy duras ), pero o haces la foto o te quedas sin ella, ya que hay que
seguir adelante y no se puede volver al sitio a buscar la luz correcta.
Da la misma manera, hay lugares
que por la existencia de peligros objetivos, tales como desprendimientos de
piedras, aludes, grietas, grandes pendientes pronunciadas, o por la dificultad técnica, obligan al alpinista a
hacer las fotos de forma muy rápida, sin pensar mucho en los encuadres o en la
toma en sí, ya que tienes que poner los cinco sentidos en controlar la
situación y tratar de salir lo más rápido del lugar, a pesar de que este tipo
de fotos si quedan bien, llaman mucho la atención.
Por otra parte, el conocimiento
previo de la zona a la que vas a ir, también es muy importante, saber qué
lugares, montañas y entornos son mas fotogénicos, sus orientaciones, las luces
propicias, las épocas, el clima, incluso ver antes de ir al lugar, muchas fotos
en galerías fotográficas en internet o revistas de viajes y de montaña.
Si bien como mencioné, todas
estas circunstancias están muy condicionadas al objetivo esencial, que es alcanzar
la cima de la montaña.
SOMBRA DEL KILIMANJARO DESDE LA CUMBRE
Como todo en la vida, pero más
aquí que en otros sitios, un factor importante es la suerte, sobre todo que el
clima y el físico te acompañen, no será la primera vez ni será la última que he
estado durante varios días esperando a que las nubes mostraran una montaña, el
Alpamayo, una de las cimas más bellas del planeta, el Fizt Roy, las Torres del
Payne, o un momento especial, “ El Mckinley reflejado al atardecer sobre una
laguna en el Parque Nacional de Denaly “, el Cerro Torre al amanecer sobre la
laguna de su mismo nombre y en bastantes ocasiones no haber conseguido el propósito.
Tampoco será la primera vez que por cuestiones de salud no he podido
sacar la cámara del bolsillo o ni tan siquiera llevarla conmigo, como por
ejemplo en la ascensión invernal al
Elbrus en el Cáucaso ruso, la montaña más alta de Europa a la que subí con 39
grados de fiebre con una gripe terrible.
Finalmente no querría terminar
sin hacer mención también al elemento humano en toda la expedición, a los
compas de correrías, y a su paciencia infinita, por su ayuda imprescindible
para algunas composiciones, en las que se quiere reflejar la dimensión del
paisaje, de la montaña. Por andar esperando siempre a que termine de hacer una
foto, o porque la fotografía al final nos hace ir a sitios y a horas, que desde
el punto de vista alpinístico no eran necesarios.
Para más información sobre el
artículo o sobre los audiovisuales que proyecto dirigiros al siguiente correo:
cumbres23@hotmail.com
CARA SUR DEL ACONCAGUA
1 comentario:
Excelente artículo, sí señor. Y sobre todo con una inmejorable recopilación de imágenes que hacen su lectura todavía mucho más agradable. Pedazo de blog te has currado... ¡Saludos!
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